Era una locura fantasear con un hombre al que veía sólo cinco o seis veces al año…
Lo único que Joy sabía de aquel hombre era que se llamaba Gray, no había llegado más lejos con él… Excepto en sus sueños, porque en la vida real lo que sólo sentía hacia él era atracción.
O eso pensaba ella. Joy apenas podía creer que sus fantasías sobre Grayson Bennet, asesor político y rompecorazones, estuvieran a punto de hacerse realidad. Ahora Gray se fijaba por fin en ella y la miraba hasta hacerla derretir. Pero, ¿encajaría la dulce Joy con el arrogante Gray?.
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